*Esta sección se debería leer con voz de locutor de informercial*
¿Estás atravesando una sequía creativa?
¿Te da envidia ver que otras personas cumplen tus sueños de escribir públicamente?
¿No te podés acordar la última vez que te sentaste a escribir algo que no se relaciona en lo absoluto con tu trabajo?
¿Tenés todas las ideas pero no lográs hacerte el tiempo?
No temas, hoy te traigo 3 empujones disfrazados de consejos para que salgas del sedentarismo literario.
1) Buscá en tu agenda 30 minutos libres y sentate con un libro llevadero. Cada parte de la oración anterior es esencial:
👉 buscá 30 minutos libres que ya existan, este no es el momento para robarle horas al sistema y sentarte a leer en medio del día de trabajo.
👉 sentate, si sos de esas personas que se quedan dormidas leyendo.
👉 elegí un libro llevadero, en lo posible uno de un autor que siempre te guste, que tenga una historia que te genere intriga y quieras seguir leyendo. Este no es el momento para encontrarte con los grandes autores literarios que te enseñan los trucos del oficio, este es un momento para que te diviertas sin esfuerzo.
2) Agarrá papel y lápiz (o cuaderno y birome) y completá la frase "lo que me gustaría escribir es..."
👉 No vayas a la computadora, este el momento de conectar tu cuerpo con el acto de escribir, incluso si te duele la mano o te olvidaste cómo hacer una letra legible.
👉 Completá la frase con lo que te resulte natural. Quizás te lances a escribir la trama completa de un libro que tenés pensado hace años, o quizás solo logres encontrarte con algunos adjetivos simples. Lo que sea que tu mano dicte, va a estar bien:
Lo que me gustaría escribir es una novela de ciencia ficción con vampiros y aliens que vienen al mundo a robarse el agua.
Lo que me gustaría escribir es inspirador, poético, interesante, atrapante.
Lo que me gustaría escribir es la historia de cuando me enamoré.
Lo que me gustaría escribir es el miedo que siento a la noche.
Lo que me gustaría escribir es solo una idea, pero vale la pena.
Todo vale!
3) Llená una hoja en blanco con algo simple. Este paso es esencial para soltar la mano y dejarse fluir, conectar con tu forma única de explorar ideas y sentir que la inspiración te vuelve a llamar. No importa el resultado, importa el acto de llenar la hoja. Te comparto estos disparadores:
👉 el relato de cómo te hacés el desayuno
👉una lista de cosas que podés ver en la habitación
👉 la historia de por qué te llamás como te llamás
👉un dato curioso que suelas compartir en fiestas
👉 lo que sentís cuando se termina un mes y empieza otro
👉 quién fue la última persona que te hizo enojar y por qué.
Bonus: repetí estas acciones durante tres días seguidos, enfocandote en tu conexión con la lectura, con la hoja y con tu voz. Enfocate en la repetición y en cómo te hace sentir, y olvidate de los resultados.